Joanna C.
Hago un trabajo manual al aire libre y este año he notado que tenía rigidez en los nudillos y la piel del dorso de las manos estaba muy seca. Compré estas prácticas lámparas con la esperanza de que me ayudaran un poco y me sorprendieron los resultados. Las usé mañana, tarde y noche y en muy poco tiempo la rigidez de mis nudillos se alivió y mi piel se suavizó. El calor de las manoplas es perfecto, no demasiado. También utilizo las luces verdes en el escote para combatir las manchas de la edad que tengo en esa zona. Han sido un regalo del cielo para mí y ahora no estaría sin ellas. Recomiendo encarecidamente estas manoplas a todo el mundo sin dudarlo.